[...] aprobando una afirmación que sesenta y dos mil repeticiones en la oscuridad les habían obligado a aceptar, no sólo como cierta, sino como axiomática, evidente y absolutamente indiscutible.
Echo una ojeada a una antena de televisión que sobresale de los tejados. ¡Ah, las antenas de tv, con su absoluta omnipresencia… Y recuerdo la gracia que me hizo verlas plantadas en mitad de prominencias en esa pequeña Capadocia que es Guadix

Una urraca se posa en ese momento en la antena de tv y garabateo un dibujito en mi libreta. Bajo del garabato escribo el lema TV or not TV?. “Departamento de ingeniería emocional”, me digo.

Rápidamente paso a felicitarme por mi hallazgo, por ese juego de palabras que he parido en inglés. Esta euforia se me pasa pronto. Pienso que si tecleo en Google el lema seguro que encuentro que está muy gastado ya. Efectivamente, la vez siguiente que voy al ciber, Google me arroja unos noventa mil resultados que contienen la frase exacta "TV or not TV". Ahora hay uno más.
Igual que poseemos una conciencia colectiva y un inconsciente colectivo, no me cabe la menor duda de que también hay una creatividad colectiva. No somos más que agentes transmisores de eso que anda por ahí decían los Van-Van. Habría que revisar toda la legislación sobre propiedad intelectual, por mucho que le duela a Loquillo, Ramoncín y Ana Belén. Porque estas grandes estrellas, "reyes del rollo, del rollo de copiar" (sic. Gato Pérez), izquierdosas y progresistas todas ellas, se han olvidado de que hay que dar prioridad al principio de Acceso Universal a la iformación y el conocimiento, si queremos que el tercer mundo deje de pasar hambre. Por mucho que la SGAE y su gente repita sus consignas sesenta y seis mil veces o más, sirviéndose de toda la oscuridad que genera la industria mediática, no son muy distintos de las multinacionales farmaceúticas.
Enlaces externos:
SGAE
Declaración IFLA-UNESCO sobre las bibliotecas y la libertad intelectual
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